¿Os habéis parado a pensar en algún momento de vuestra vida, que la vida esta llena de señales que nos van guiando en y por el camino?

Pues sí, la vida es una señal y no le hacemos caso porque vivimos desconectados de ella, hasta que realmente necesitamos creer en algo y como siempre, ese algo tiene que ser más grande que nosotros para que nos pueda ayudar.

Ahí es cuando empezamos a ver coincidencias, sincronicidades, que si las seguimos nos llevan a un sitio o a una situación la cual es la adecuada para nosotros.

Para ver las señales, tenemos que estar abiertos y preparados para recibirlas, de lo contrario, por mucho que sepamos y pidamos señales no las veremos.

En este momento es el camino que estoy siguiendo, pero la verdad es, que no me doy cuenta de todas las señales que me mandan.

También se que para recibir las señales mi mente tiene que estar en calma, es decir, en el aquí y en el ahora, de lo contrario, se va por los Cerros de Úbeda y las señales se pierden en el horizonte.

Pero ahí estoy, intentando una y otra vez. También se, que, dependiendo de las situaciones, mi mente se encuentra en calma y puedo seguirlas, pero en otras, que me generan ansiedad, me cuesta verlas. Ahí es donde esta mi aprendizaje, en estas últimas. Como soy “don erre que erre”, lo conseguiré más pronto que tarde.

También deciros que en estas situaciones cuando consigo calmarme y ver las cosas de otro modo, todo sale a la perfección.

Seguiré trabajando las señales que me ofrece la vida para que sea una vida mas sencilla y todo fluya de manera correcta y perfecta.

Tengo muy claro que para llegar a esta situación la mejor manera es hacer trabajos de respiración unidos a meditaciones. Pero también tengo claro que son trabajos que requieren mucha disciplina.

¿Quién ha dicho que una vida Espiritual es sencilla?

Cuando te metes en este mundo, que para mi es el correcto y perfecto, te das cuenta de toda la basura mental que generamos, ya no en un día, sino en un minuto.

“Solo escucha tu voz dentro de ti. Esta es la mente a la cual confiar. Esta es la conciencia de Dios hablando, no el ego que está buscando reconocimiento.”

Angela Walker

©Ziortza Castro Belaunde

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