El regreso a mi hogar estaba resultando algo más trabajoso de lo que yo creía.
Tuve que empezar desde el principio, había pasado tanto tiempo y a la vez tan poco desde que me perdí en mis emociones exteriores, que me estaba resultando muy duro volver a coger ciertas rutinas que me conducirían de regreso a mi hogar.
Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón
Julien Green
¿Por dónde tenía que empezar?
Lo primero que se me pasó por la mente fue coger una libreta (eso sí, lo más Fashion posible) y empezar a escribir, escribir y escribir todo lo que se me pasara por la mente.
Esto es un método conocido para sacar de tu mente toda la basura que llevas. Y en cierto momento de la escritura descubres que lo que escribes es lo que realmente te atormenta. Es esa espinita que llevas en el corazón, la que te guiará para empezar a descubrirte.
Otro método que empecé a utilizar fue escribir cartas, cartas dedicadas a quién necesitaba decirle algo, o a una situación en concreto, cualquier cosa por dura que sea, puesto que solo lo lees tú, y una vez escrita la quemas.
Con el fuego te vas a dar cuenta de las resistencias que tienes con respecto a esa persona o esa situación.
Y cómo lo sabes, pues muy sencillo, si la carta tarda en quemarse, es decir, que la tienes que prender fuego varias veces para que se queme, tienes que seguir trabajando en ello.
Como veis tenía dos buenas opciones para poder comenzar de nuevo trabajando en y para mí.
Así que así lo hice.
¿Por qué honrar a aquellos que han muerto en el campo de batalla? Un hombre puede demostrar tanto o más coraje al ingresar en los abismos de sí mismo
William Butler Yeats
Empecé a escribir en mi diario todo lo que se me pasaba, fuera bueno o malo, las experiencias vividas en el bosque y cómo me habían afectado, las personas que se cruzaron en mi camino…o yo en el suyo y cómo me afectaron.
Dediqué folios enteros a ciertas personas de mi vida, y luego las quemé con tal sentimiento que veía cómo la energía que desprendía el fuego iba disolviendo cada rinconcito de mi ser que se había visto afectado.
©Ziortza Castro Belaunde
Cada semana un nuevo relato de cómo me fui encontrando de nuevo.
Lee el primer relato de esta serie titulado «De vuelta a mi hogar»
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