Quería compartir con vosotrxs, que mi agenda es de Paulo Coelho, hasta ahí pensaréis, y a mí que me importa. El caso es que cada mes tiene asignado una palabra. El mes de abril tiene la palabra “Compartir”.
Aunque nos encontremos en pleno confinamiento y muchos no puedan trabajar, yo la verdad es que sí que lo estoy haciendo, sigo programando mi agenda todos los días.
Como es lógico y normal no se trabaja al 100%, sino que los que podemos trabajar lo hacemos al 10% en cuestión de clientes y al 100% en reorganizar el negocio, ampliar servicios y meter contenido en la web.
Mi agenda sigue siendo en papel, creo que no me separaré del papel hasta que me vea obligada a ello, de hecho, mi negocio es, el 50% en papel y el otro 50% en redes.
Como podéis adivinar, la revista no se esta imprimiendo, así que estoy potenciando las redes.
Pero me estoy saliendo del tema.
Compartir ¿No os parece una palabra muy apropiada para esta situación que nos está tocando vivir?
Y qué es lo que compartimos; pues empezando por la situación de confinamiento, hasta llegar a compartir el sueño de que todo esto pase más pronto que tarde.
Tenemos que comprender que compartir es un valor muy importante, porque de ello depende muchas veces o la mayoría de las veces nuestra supervivencia.
Compartimos un servicio público.
Compartimos las zonas comunes de un edificio.
Compartimos restaurantes, supermercados, parques.
Compartimos el patio de un colegio.
Compartimos material escolar.
Compartimos ilusiones, esperanzas, alegrías, tristezas.
Muchas cosas pueden ser compartidas, otras, claro está, dependen de la privacidad de cada persona, ahí cada cual decide lo que es privado o público.
En estos momentos y con esta situación, cada uno esta compartiendo sus conocimientos de la mejor manera que sabe.
Compartiendo los conocimientos de confección, se están haciendo mascarillas para personal sanitario.
Compartiendo los conocimientos en psicología, se está ayudando a personas que se encuentran solas en sus casas o personas que, aunque estén acompañadas, la situación les está causando tal ansiedad, que se sienten solas.
Compartiendo una hora clave, las 20:00, donde la gente sale a sus ventanas y balcones y se comparte un aplauso por todas las personas que tienen que trabajar por y para nosotros.
Compartiendo conocimientos sanitarios, todos los médicos que están ayudando en hospitales, con horas que no se acaban nunca.
Podría seguir mucho más.
Hagamos de la palabra compartir una necesidad cuando todo esto haya pasado, sé que lo podríamos conseguir.
Digo podríamos porque el ser humano enseguida olvida.
Cuando esto acabe y pasen unos meses, no se si largos o cortos, puesto que el verano esta a la vuelta de la esquina y con su llegada todo se vive de otra manera, esta situación será vista de otra forma.
Como una pesadilla de la cual hemos despertado, con muy mal cuerpo pero que a medida que pasan los días, semanas y/o meses esa sensación va dejando de existir.
Habrá casos, como las persona que han tenido familiares que han muerto por esta pesadilla, o que han estado ingresados muy enfermos, pero que al final han salido a delante, que esto se hará cuesta arriba, pero el resto…lo veremos como un sueño demasiado realista, del cual por fin hemos despertado.
“Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permitir que nos humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes hasta cien como hacía el Pato Donald… Vivir es saber estar solo para aprender a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar… y vivir es reírse…”
Carmen Martín Gaite
©Ziortza Castro, Revista ieup!
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