Ya son muchos años los que llevo ejerciendo como dependienta en mi pequeña Lencería Chelyma, digo pequeña, porque no deja de ser un comercio de pueblo que ayuda a ayudar, tanto a mis clientxs, como a todos los demás comercios que pertenecen al municipio de Erandio.
Durante más de 35 años me ha tocado ver de todo: crisis varias, inundaciones, pandemia.
Pero siempre he intentado seguir al pie de cañón, no solo porque la Lencería Chelyma es mi único medio de vida, sino porque siempre he sido una persona que se ha hecho a si misma y que ha querido salir a flote con cada revés que la vida me ha dado.
Siempre me he dicho que soy fuerte, aunque he sentido flaquear mis piernas demasiadas veces.
Hoy quiero pedir a los lectores de esta publicación, a mis clientxs, a todo aquella persona que se precie que tenga en cuenta al pequeño comercio, que se acuerde de nosotrxs a la hora de adquirir cualquier artículo que necesite.
La vida comercial en los pueblos y ciudades debe seguir, es lo que hace que un pueblo tenga vida, tenga luz.
La vida comercial en lo pueblos y ciudades es un motor para que la economía de todos y cada uno de nosotrxs se mantenga en circulación.
Si nosotros invertimos dinero en el pueblo, el pueblo nos lo devuelve. La economía es algo circular.
En estos tiempos digitales, deberíamos valorar mucho más el contacto físico, el aconsejar, el tocar, el sentir un artículo o una prenda.
Llevamos vidas tan ajetreadas, que la comodidad de comprar desde casa lo vemos como lo mejor del mundo, y en realidad nos está haciendo un daño terrible como sociedad.
No nos damos cuenta que debido a la comodidad de comprar desde tu sofá mientras ves una peli, está acabando con un comercio que nos da la cercanía que necesitamos para poder comprar lo que se ajusta a lo que necesitamos en cada momento.
Desde mi sentir, quiero haceros un llamamiento, quiero poner voz por mi y por todos los comercios que nos encontramos ya no solo en Erandio, mi querido pueblo, sino en todos los pueblos de todas las partes de Bizkaia, de Euskadi, del mundo entero.
Quiero pensar que en algún momento de nuestras vidas volveremos a hacer que la vida en nuestros pueblos se parezca a lo que fue muy pocos años atrás, una vida en nuestros comercios, con unos consejos de calidad, con una atención individual, sabiendo lo que le conviene a cada cliente que entra por nuestra puerta.
Gracias de antemano, porque se que en algún momento de nuestra vida, todo se parecerá a lo que fue.
©Ziortza Castro Belaunde- Revista ieup!
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